viernes, 28 de marzo de 2008

Bulevares donde ladran los perros

Casi puedo tocar la quietud
palpar el silencio
el silencio que nos abarca
para comenzar a entristecerse
viento mudo que raspa los ojos
y roba lágrimas desconocidas
erosionando retratos
anónimos bosquejos de la memoria
en aquella calle del reloj
hecha de adoquines y abismos
donde simulamos hundirnos
donde nos advierten que el planeta gira
frívolo y minucioso
las nubes reflejan el tiempo que calla
y el espectro de un gato maúlla siglos
son los bulevares donde ladran los perros
y el tiempo hace gemir a las sombras

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